إِنْ أَحْسَنْتُمْ أَحْسَنْتُمْ لِأَنْفُسِكُمْ ۖ وَإِنْ أَسَأْتُمْ فَلَهَا ۚ فَإِذَا جَاءَ وَعْدُ الْآخِرَةِ لِيَسُوءُوا وُجُوهَكُمْ وَلِيَدْخُلُوا الْمَسْجِدَ كَمَا دَخَلُوهُ أَوَّلَ مَرَّةٍ وَلِيُتَبِّرُوا مَا عَلَوْا تَتْبِيرًا
Bornez
En verdad, si hacéis el bien lo haréis en vuestro propio beneficio y si hacéis el mal lo haréis en vuestro propio perjuicio. Y, cuando se cumpla la otra promesa, vuestros rostros reflejarán la tristeza y el miedo y entrarán en la Mezquita como entraron la primera vez y destruirán todo lo que caiga en su poder.
Cortes
El bien o mal que hagáis redundará en provecho o detrimento vuestro. «Cuando se cumpla la última amenaza, os afligirán y entrarán en el Templo como entraron una vez primera y exterminarán todo aquello de que se apoderen».
Garcia
Si obran bien será en beneficio propio, pero si obran mal será en contra suya. Cuando corrompan por segunda vez, los vencerán [sus enemigos] e ingresarán al Templo como lo hicieron la primera vez y devastarán todo lo que encuentren.