وَإِذَا مَسَّ الْإِنْسَانَ ضُرٌّ دَعَا رَبَّهُ مُنِيبًا إِلَيْهِ ثُمَّ إِذَا خَوَّلَهُ نِعْمَةً مِنْهُ نَسِيَ مَا كَانَ يَدْعُو إِلَيْهِ مِنْ قَبْلُ وَجَعَلَ لِلَّهِ أَنْدَادًا لِيُضِلَّ عَنْ سَبِيلِهِ ۚ قُلْ تَمَتَّعْ بِكُفْرِكَ قَلِيلًا ۖ إِنَّكَ مِنْ أَصْحَابِ النَّارِ
Bornez
Cuando al ser humano le aflige una desgracia invoca a su Señor, volviéndose a Él contrito. Luego, cuando le llega un favor procedente de Él, olvida lo que Le imploraba anteriormente y pone semejantes junto a Dios, desviando a otros de Su camino. Di: «Disfruta de tu alejamiento de Dios un poco. En verdad, tú eres de la gente del Fuego.»
Cortes
Cuando sufre el hombre una desgracia, invoca a su Señor, volviéndose a Él arrepentido. Luego, cuando Él le ha dispensado una gracia Suya, se olvida del objeto de su invocación anterior y atribuye iguales a Alá para extraviar a otros de Su camino. Di: «¡Goza un poco de tu incredulidad! Serás de los moradores del Fuego».
Garcia
Cuando al ser humano le acontece una desgracia, invoca a su Señor y se vuelve a Él [pidiéndole que lo auxilie]; pero luego, cuando Él le concede una gracia, olvida que Lo había invocado antes e iguala a sus ídolos con Dios [dedicándoles actos de adoración y súplicas], descarriando a otros de Su sendero. Dile [a quien se comporte de esta manera]: "Disfruta por poco tiempo de tu incredulidad, pues serás de los moradores del Infierno".
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