Quien, pues, comete un error o un pecado y luego acusa de ello a un inocente, cargará con una infamia y un pecado evidente.

Quien comete una falta o un pecado y acusa de ello a un inocente, carga con una infamia y con un pecado manifiesto.

Quien cometa una falta o un delito y acuse de ello a un inocente, cargará con su calumnia y con un pecado manifiesto.