وَكَذَٰلِكَ جَعَلْنَا لِكُلِّ نَبِيٍّ عَدُوًّا شَيَاطِينَ الْإِنْسِ وَالْجِنِّ يُوحِي بَعْضُهُمْ إِلَىٰ بَعْضٍ زُخْرُفَ الْقَوْلِ غُرُورًا ۚ وَلَوْ شَاءَ رَبُّكَ مَا فَعَلُوهُ ۖ فَذَرْهُمْ وَمَا يَفْتَرُونَ
Bornez
Así es como dispusimos para cada profeta enemigos, demonios de entre los hombres y los genios, que se susurran unos a otros palabras encantadoras y engañosas. Y, si tu Señor hubiese querido, no lo habrían hecho, así que apártate de ellos y de lo que inventan,
Cortes
Así hemos asignado a cada profeta un enemigo: hombres endemoniados o genios endemoniados, que se inspiran mutuamente pomposas palabras para engañarse. Si tu Señor hubiera querido, no lo habrían hecho. ¡Déjales con sus invenciones!
Garcia
Todos los Profetas tuvieron enemigos que eran demonios de entre los seres humanos y los yinn, que se susurraban mutuamente palabras adornadas con seducción. Pero si tu Señor hubiera querido no lo habrían hecho. Apártate de ellos y sus mentiras.