وَمَا أَرْسَلْنَا فِي قَرْيَةٍ مِنْ نَبِيٍّ إِلَّا أَخَذْنَا أَهْلَهَا بِالْبَأْسَاءِ وَالضَّرَّاءِ لَعَلَّهُمْ يَضَّرَّعُونَ
Bornez
No hemos enviado a ciudad alguna un profeta sin hacer que su gente padeciese dificultades y males, para que, quizá así, fuesen humildes.
Cortes
No enviamos a ningún profeta a ciudad que no infligiéramos a su población miseria y desgracia -quizás, así se humillaran-,
Garcia
Cada vez que envié un Profeta a una ciudad [y lo desmintieron], los azoté con la miseria y los padecimientos para que se volvieran humildes.